Virgen De Fátima ©

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Obra Inspiración de Valerie Mojica©valeriemojicaart.com

lunes, 29 de agosto de 2011

El Milagro De Hiroshima


   Saludos a todos.  Aquí les presento algunos datos no tan conocidos con respecto a Hiroshima, Japon y la bomba atómica. Les presento esto que aunque un poco fuerte, es la realidad de la vida y el por qué tenemos HOY más que nunca evitar, por medio del Rosario, que se repita éste episodio tan horroso de la historia.  Pues en todas las advertencias amorosas del cielo, una que otra vez lo repiten: “Las profecías y los castigos para la humanidad pueden CAMBIAR, según la respuesta de las personas, sus oraciones y sacrificios”.

   Antes de plasmar en éste Blog ésta historia sobre el Prof. Gen Kojima hice una búsqueda para tener más información actualizada pero no pude encontrar nada más aparte de lo siguiente:


   Tomado del libro “?Quién es San Miguel Arcángel? (Gloria Crux Traduccion del Italiano ?Chi es Michel Arcangelo?)
Entrevista del periodista Roberto Gaggini al Prof. Gen Kojima, sobreviviente de Hiroshima con heridas incurables. Quien cita solo los puntos sobresalientes del artículo detallado que apareció en el periódico católico “Vita Nuova” de Pisa, en 1972.

   La mañana del 6 de agosto (1945) el Prof. Kojima estaba arreglando sus libros dentro de algunas cajas, cuando sonó la alarma.  Suspendió el trabajo y se fue con la familia a un refugio del jardin que estaba cerca de su casa.  Transcurrieron pocos minutos, cuando la radio comunicó:  “Que se trata de un sólo avión y que no debian preocuparse.  Ciertamente era un reconocedor”.  A las 7:35 se oyó que cesaba la alarma y cada uno reemprendió la consabida ocupación.  El Prof. Kojima, con su libro preferido, se paseaba en su propio huerto. 
Jardín Japonés

Pasaron solamente cinco minutos.  Levantó los ojos y vió algo que brillaba en el azul del firmamento.  El objeto estaba sostenido por tres paracaídas y el Dr. Gen pensaba que se trataba de hojas volantes que las lanzaban en ese momento.  Mas bien se sorprendió que no haya sonado la alarma.  Retorno de todas formas la lectura de su libro, pero después de pocos minutos sucedió lo inesperado. 
Cuando eran cinco para las ocho una llama amarilla espectral, cayó en sus manos y en sus libros –como si fuera absorbido– y voló alto.  Inmediatamente después el Dr. Kojima creyó que estaba ciego.  Mientras sus manos sangraban, una luz colosal, verde, “explotó a su alrededor”.  “Esto es lo extraño de la bomba atómica” dice Gen Kojima –“En Hiroshima no explotó una bomba sino una luz”.  Kojima, como los demas sobrevivientes no han podido explicarse jamás como era aquella luz que primero fue verde, luego amarilla y después roja. 
   Entre tanto el viento había vaciado todas las casas y había hecho crolar muchas paredes.  Eran pocas las paredes que habían quedado en pie.  El Dr. Kojima se acordó que veinte minutos antes había visto un “objeto” que flotaba en el cielo, sostenido por tres paracaídas y por esto afirma que la bomba antes de explotar estuvo veinte minutos en el cielo, es decir el tiempo necesario para que la acción de los rayos solares produzca su efecto en la bomba que “flotaba”. 
              
                      UNA NUBE NEGRA CUBRIO LA CIUDAD
  
   La escuela cerca de su casa era una montaña de niños  Apróximadamente 500 niños muertos, estaban “negros” como castañas mientras se quemaban.  Mientras tanto las manos del Dr. Kojima sangraban y entonces se acercó a una tinaja del jardín, donde tenía algunos peces rojos.  A la tinaja la encontró completamente seca y de los peces no habían quedado ni “pedazos de carbón”.  Una nube negra grandiosa cubrió la ciudad.  Parecía que del cielo había descendido la noche.  A diez millas de Hiroshima la detonación de la bomba fue oída de modo terrible.  De repente los familiares del Dr. Gen –que se habían quedado en el suelo del jardín– se levantaron y el mismo Dr. Gen se acordó de ellos, pero al mismo tiempo algo horrible vibró en toda la ciudad:  un  calor inenarrable cubrió la tierra, que parecía que había sido comida por un ácido.
 “Los sobrevivientes tenían una sed tremenda y sudaban de modo horrible a causa del fuerte calor.  A las ocho y veinte, el viento hacía que Hiroshima sea envuelta por las llamas. 
Castillo reconstruído a orillas del río Otagawa, Japon

Una multitud roja por la sangre corría hacia el río Otagawa.  Los sobrevivientes creían que se salvaban del infierno del fuego pero en cambio iban al encuentro de la muerte por radiación.  Las orillas del río, llenas de millares y millares de personas cuyos cuerpos parecían como “naranjas peladas”, pedían en vano: “Mizu, mizu”, es decir, “Agua, agua”.  La gran marea de la multitud en pedazos, con cabezas hechas cenizas, invocaba ayuda. 
   Y después de la invocación alcanzaban las orillas del río y se arrojaban en el agua que se había convertido en un río de sangre.  Después de dos horas, el cielo se hizo mucho más negro, cayó una lluvia violenta.  A pesar de que en el cielo desde la mañana no había una nube.  Era agosto. 
   Tres días después de la explosión, la gente que quedó ilesa empezó a tener diarrea y vómito y la mayoría murió. 
   A quien pide noticias del Dr. Kojima muestra sus manos.  En el dorso de ellas existen unas cicatrices rojas.  El estudioso japonés narra los problemas que siguieron al estallido de la bomba atómica, deteniéndose en los ciudadanos de Hiroshima que se habían convertido en brasas vivientes, el nacimiento de los cabellos y el malestar indefinible que atormentó a todos durante muchos meses después de la explosión:  una especie de debilidad continua, como si hubieran tenido siempre gripe.  La cosa –explica el Dr. Kojima– se debía a la pérdida de los globulos blancos de los sobrevivientes. 
   El Dr. Gen narra también que le fue muy dificil orientarse cuando regresó a la ciudad, después de pocos días, porque Hiroshima ya no existía. 
  Esta horrible tragedia que destruyó Hiroshima y causó 400 mil muertos en pocos minutos fue causada por una sola bomba atómica, apenas un megatón.  Para comprender mejor el peligro que amenaza el Globo entero se debe saber que un megatón corresponde a un millón de toneladas de tritolo. 
Comparación de las bombas atómicas desde Hiroshima.
La 1ra. a la izquierda es la de Hiroshima
 Hoy las bombas son triples (satánica sed de exterminio) y corresponden a 100 megatones o gas venenoso.  He aquí el comentario.

   Si lograste leer hasta aquí, espero que por favor prosigas con la siguiente historia mucho más positiva y también real. La razón del por qué narré ésta primero es para que entiendan los terribles, horribles efectos de alguien que pueda sobrevivir los efectos de una bomba atómica y la radiación. 
    
Milagro del Rosario en Hiroshima: del 6 de agosto de 1945
Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki.
En Nagasaki, como resultado de la explosión, todas las casas en un radio de aprox. 2.5 Km del epicentro fueron destruidas. Quienes estaban dentro quedaron enterrados en las ruinas. Los que estaban fuera fueron quemados.

En medio de aquella tragedia, una pequeña comunidad de Padres Jesuitas vivía junto a la iglesia parroquial, a solamente ocho cuadras (aprox. 1Km) del epicentro del epicentro de la bomba. Eran misioneros alemanes sirviendo al pueblo japonés. Como los alemanes eran aliados de los japoneses, les habían permitido quedarse.
La iglesia junto a la casa de los jesuitas quedó destruida, pero su residencia quedó en pié y los miembros de la pequeña comunidad jesuita sobrevivieron. No tuvieron efectos posteriores por la radiación, ni pérdida del oido, ni ningúna otra enfermedad o efecto.
El Padre Schiffer junto al piloto
del avión que lanzo la bomba atómica,
el Maj. Robert Lewis
El Padre Hubert Schiffer fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30 años cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad y vivió otros 33 años mas de buena salud. El narró sus experiencias en Hiroshima durante el Congreso Eucarístico que se llevó a cabo en Filadelfia (EU) en 1976. En ese entonces, los ocho miembros de la comunidad Jesuita estaban todavía vivos.
El Padre Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros habían sobrevivido. El lo atribuyó a la protección de la Virgen María y dijo: “Yo estaba en medio de la explosión atómica… y estoy aquí todavía, vivo y a salvo. No fui derribado por su destrucción.”
Además, el Padre Shiffer mantuvo que durante varios años, cientos de expertos e investigadores estudiaron las razones científicas del porqué la casa, tan cerca de la explosión atómica, no fue afectada. El explicó que en esa casa hubo una sola cosa diferente: “Rezábamos el rosario diariamente en esa casa”.
En la otra ciudad devastada por la bomba atómica, Nagasaki, San Maximiliano Kolbe había establecido un convento franciscano que también quedó intacto, los hermanos protegidos gracias a la protección de la Virgen. Allí ellos también rezaban diariamente el santo rosario.
FR. SCHIFFER OF HIROSHIMA
by Fr. Paul Ruge, O.F.M.I.
At 2:45 a.m. on August 6, 1945, a B-29 bomber took off from the island of Tinian to drop the first atomic bomb on Japan. At 8:15 a.m. the bomb exploded eight city blocks from the Jesuit Church of Our Lady’s Assumption in Hiroshima. Half a million people were annihilated. However, the church and four Jesuit fathers stationed there survived: Fathers Hugo Lassalle, Kleinsorge, Cieslik and Schiffer. (RH note – all other accounts state clearly that there were eight Jesuits stationed in this home not four – and it is well known that all eight survived – the author of this present article apparently only had the names of four of them, for instance Fr. Arrupe is left out of the list – and at this writing, I have not been able to find the names of the other three Jesuits. end of note.) According to the experts they “ought to be dead,” being within a one-mile radius of the explosion. Nine days later on August 15, Feast of Our Lady’s Assumption, U.S. forces were ordered to cease fire.

Hasta aquí uno de los muchos milagros del Rezo del Rosario.  El Arma Poderosa de La Santísima Virgen. Más poderosa, que una bomba atómica.

Su Caminante Con María
A.M.G.De Dios